Descripción
Muchos de los problemas que acucian a nuestras modernas sociedades occidentales, entre ellos los tratados por la bioética, sólo se pueden solucionar volviendo de nuevo la mirada a la filosofía.
El poder de la técnica actual plantea una vez más la pregunta por los umbrales de la vida humana, pues nos obliga a pronunciarnos acerca del estatuto de los embriones o de los pacientes diagnosticados de -muerte cerebral-. Si no queremos que estas cuestiones se decidan desde meras motivaciones pragmáticas y de poder, es inevitable seguir investigando hoy sobre ciertos temas filosóficos centrales, como el problema mente-cuerpo.
La autora utiliza ideas de Edmun husserl, Max Scheler o Xavier Zubiri para intentar comprender qué es el cuerpo humano y así poder pensar acerca de su inicio y su final. De este modo, la fenomenología, que es, sin duda, uno de los movimientos más interesantes en la filosofía actual, se muestra capaz de proporcionar una base firme a la bioética, pues inscribe la cuestión del cuerpo en una -fenomenología de la persona-.
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