Descripción
Después de haber sido adoptado como política oficial en varios países, desafortunadamente el multiculturalismo ha generado más efectos negativos que positivos. Ha fragmentado la sociedad, ha separado a las minorías, ha dado lugar a un relativismo cultural en la esfera pública. Parece cada vez más difícil practicarlo como doctrina política. En su lugar, se habla hoy de interculturalidad. Sin embargo, también esta expresión parece vaga e imprecisa.
El presente volumen analiza los posibles caminos a seguir para evitar los fracasos del multiculturalismo, y se pregunta si el camino de la interculturalidad es una solución adecuada.
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